La frase del día, del mes, del año… La frase que parece estar de moda, que parece hacer más interesante a la gente, que parece que si no la usas no eres “guay”.

Cada día tiene 24 horas, cada hora tiene 60 minutos, y esto para TODOS los seres humanos de la tierra, ni unos tienen más que otros, ni se para el tiempo para algunos (ojalá algún día se fabrique la máquina del tiempo, pero de momento, tenemos que aguantarnos con lo que tenemos en 2018 en el planeta Tierra).

De estas 24 horas, los expertos que se basan en evidencia científica recomiendan que unas 8 horas aproximadamente se destinen a dormir, a descansar y “resetear” nuestro organismo, para poder seguir al día siguiente nuestra vida. Por lo tanto, nos quedan 16 horas para destinarlas a lo que nosotros queramos. Sí, 16 horas, 960 minutos que podemos nosotros/as escoger en qué, dónde, con quién y cómo los pasamos.

Nadie te obliga a tener un trabajo u otro, nadie te obliga a hacer una actividad u otra, nadie te obliga a hacer algo que no quieras tú, o al menos no debería nadie obligarte. Porque tú tienes el poder de decisión sobre CADA ACCIÓN de tu vida. Tú eliges el camino que quieres en cada momento.

Y lo que nos diferencia a uno y a otros son nuestras PRIORIDADES, las cuales, lo lógico y normal es que estén relacionadas con nuestros VALORES y así seamos consecuentes con nuestras ACCIONES.

Repito, todos tenemos el mismo tiempo. Lo que cambia es en lo que DECIDIMOS cada uno de nosotros/as destinar este tiempo.

De estas 16 horas que nos quedan después del descanso, lo ideal y saludable es destinar 8 horas diarias o 40 horas semanales al trabajo, y no más, según concluye una revisión sistemática de 2014:

Pues de las 24 horas diarias, si les restamos 8 horas para dormir y 8 horas para el trabajo, nos quedan otras 8 horas para el resto de actividades que nosotros ESCOJAMOS. Estas actividades pueden ser: trayecto de ida y vuelta del trabajo, comidas, preparaciones de comidas, limpieza del hogar, ejercicio físico, leer un libro, meditar, ir a comprar, cuidado de los hijos, cuidado de mayores, cuidado de mascotas, mirar la televisión, conectarse a las redes sociales, quedar con amigos o familiares, tiempo de ocio, etc.

Y de todas estas actividades, cada uno/a de nosotros/as escoge el tiempo que quiere destinar a cada una.

Sí, todos podemos escoger un camino u otro, con las posteriores consecuencias que tendrá cada decisión elegida. ¿Decides trabajar más horas? Pues sí, te quedarán menos horas libres para pasar con los tuyos, hacer deporte, etc. ¿Quizás tu prioridad es el cuidado de los demás y pasas muchos ratos libres haciendo labores para ellos? Sí, no vas errado/a, también te quedará menos tiempo para cuidarte a ti. ¿En este momento te importa mucho sacar adelante unos estudios? Sí, priorizas pasar tu tiempo en eso, y tendrás menos tiempo para lo demás.

¡Y no pasa nada! No significa que lo estés haciendo mal. Significa que todos tenemos unas prioridades u otras en los diferentes momentos de la vida.

Solamente, una reflexión…: ¿No sería mejor cambiar la frase de “no tengo tiempo” por la de “decido pasar mi tiempo en otras cosas”? Así quizás conseguimos dejar atrás una excusa muy común para cuidarse en la alimentación, el ejercicio, el descanso o la mente, y asumimos que nos importan más otras actividades.

Feliz viernes

Laura

La famosa frase del «no tengo tiempo»

 

“Al ser más consciente de cada situación, uno puede trabajarla.”

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